Muchas veces comemos con los ojos y o con el apetito… maleducamos a nuestros estómagos creyendo que más salud es el resultado de mas comida, cuando eso es totalmente equicocado. Es la calidad de nuestra comida, no la cantidad, la que nos proveerá de más salud.
Comer de más acarrea un cantidad de problemas de salud – obesidad o simplemente estar sobre peso, problemas digestivos como las úlceras, el reflujo, la acidez estimacal… que a su vez traen otro montón de problemas como el insomnio, la falta de descanso profundo, letargo, entre otras,
Reeduquemos nuestros cuerpos a comer en cantidades más moderadas:
- Sírvete en un plato más pequeño – el plato se verá lleno con menos comida y entrenarás a tu cerebro en que estás saciado con menos cantidad.
- Aprende de llenarte con ensaladas crudas – si en la transición de las porciones te sientes que te quedas con hambre, aprende a rellenarte con alimentos vivos y ensaladas frescas. Además, puedes añadir frutas a tu desayuno y como meriendas saludables.
- Cuando comas fuera de casa, ordena medias porciones – muchos restaurantes ofrecen 1/2 porciones, pregunta por ellas. Y si esto todavía es mucho, comparte una porción con otra persona. O puedes comerte la mitad ahora y la otra mitad la dejas para mañana de almuerzo. Sácale más millaje a lo que pagas en el restaurante.
- Camina después de comer – Esto aumentará tu actividad física y ayudará a tu sistema digestivo a hacer su trabajo mejor y más rápido. Cuando las personas comen mucho y se acuestan » a reposar» lo que hacen es que interrumpen el proceso de digestión y esa comida se queda en tu estómago fermentándose y no alimentándote como querías originalmente.
- Evita comer comidas grandes muy trade en la noche – por la misma razón que expliqué arriba
Tomemos control de lo que comemos y hagámoslo en la proporción correcta. Verás que con el tiempo, lo notarás en tu salud y posiblemente en tu cintura también…